Tic-Tac Megacuarenteno

La historia

El superhéroe murciano sin poderes conocidos, Megacuarenteno, tras cuatro años desde su nacimiento el primer día de confinamiento de 2020, vuelve con su tercera historia larga. Esta vez se trata de una aventura muy especial (100% libre de covides) que hace una reformulación del personaje y su entorno, saltándose las barreras del idioma, ya que no se utiliza ningún idioma conocido, y se recurre la mímica y expresividad de los personajes, junto al juego secuencial de las viñetas, para dotar a la narración de una acción continua hasta el final.

En ella Megacuarenteno tendrá que volver a desempolvar su capa, y recorrer cielo, mar y tierra para intentar recuperar un objeto muy especial, el reloj que le regaló su abuelo. Para ello volverá a encontrarse con los amigos que siempre están ahí, como Limoncier y la araña Marlene.

La narración explora la idea de crear un cómic que pudiera disfrutar gente de distintos lugares sin que el idioma fuera una barrera. La historia está orientada para todos los públicos, pero especialmente para el juvenil. En ella se destacan valores como el cuestionamiento del excesivo apego a las cosas materiales, la potenciación del trabajo en equipo, y estrategias para potenciar la reinserción frente al castigo, para que este no desemboque en un ciclo de reincidencia-frustración.

Todo ello aderezado de un cóctel de diversión y aventuras que no cesa en ningún momento de la historia. ¿Será capaz Megacuarenteno de salir ileso ante tantos peligros y recuperar el reloj de su abuelo?

El proceso creativo

La aparición de esta aventura ha venido a partir de dejar fluir un poco a los personajes. A la hora de elaborarla me dejé llevar, y me serví de mi afición de pasear por  campos y jardines para observar a esos curiosos pajaros de negro pelaje y pico naranja, los mirlos, y de ahí se me ocurrió un curioso personaje de este tipo, "Mirlou"  con un cierto trastorno de comportamiento y amigo de lo ajeno, el cual haría pasar un mal rato a Megacuarenteno.

En la imagen de la izquierda se observa uno de los traviesos mirlos que suelen rondar los parques y campos de Murcia.  A la derecha, vemos la viñeta resultante con Mirlou en la historia.

A su vez, como todas las semanas paro a repostar en una gasolinera que hay a la entrada de Cartagena, y junto a ella hay un molino cartagenero, que llevo viendo desde pequeño en sus diferentes estados de abandono y reconstrucción, me sirvió de base para darle cierta ambientación a la parte final del relato.

En la imagen de la izquierda se observa una foto del molino de Cartagena   al que he ido viendo evolucionar a lo largo de cuarenta años, y a la derecha la viñeta resultante en la historia

Por otra parte las calles de Murcia son una continua fuente de inspiración para dar inicio a las aventuras de Megacuarenteno. Esta vez aunque se ha procurado que el paisaje fuera más variado, también como no podía ser de otra manera, han estado presentes.

En la imagen de la izquierda se aprecia una foto de una calle de Murcia con la torre de la catedral al fondo que sirve como marco de inspiración para la viñeta de la derecha